miércoles, 23 de noviembre de 2016

NUTRICUESTIONARIO

COMIDA "SALUDABLE" O COMIDAS ENTERAS Y COMPLETAS. 

¿CÓMO DISFRUTAR LA NAVIDAD SIN SABOTEAR TU ESFUERZO?


Estamos en el mes de noviembre, algunos disfrutamos y celebramos la Feria, otros, el día de Acción de Gracias. Lo cierto es que sentimos que ya estamos en Navidad, una época llena de regalos, sorpresas, felicidad y mucha mucha comida.
Cuando esta época llega solo queremos disfrutar y muchos se olvidan de todo, piensan: “No importa, en enero resuelvo”, “comenzaré el 2017 poniéndome en forma”, etc., etc. Cuelgan la toalla y dejan de ir al gimnasio, ¿comer saludable?, ¿qué es eso?, ¡estamos en Navidad, hay que disfrutar!
Llega el 24 de diciembre y quizá la ropa que compraste para ese día te queda ajustada y tienes en mente: “ya el 2 comienzo de nuevo y me pongo las pilas”. ¿Te sientes identificada?
Ciertamente es difícil rebajar en Diciembre, pero la idea es mantenerte, sin engordar todos esos kilos que al llegar enero vas a querer rebajar en una semana y será imposible. Un solo plato navideño puede incluso sobrepasar las 1.500 calorías y no solo eso, sino que la calidad de los alimentos influye en la respuesta hormonal, y vamos a estar claros, las comidas navideñas están cargadas de azúcar refinada…No vamos a encontrar la calidad aquí por mucho sabor que tengan.
Así que les daré mis tips para no tirar todo su esfuerzo por la borda y así puedan disfrutar sin remordimientos posteriores:
-Olvida el comportamiento de “todo o nada”: disfrutar de los alimentos navideños no implica dejar de comer saludable. Esto es un error. El poder lo tienes tú. La Navidad y año nuevo implican 4 días (24, 25, 31de diciembre y 1 de enero), esos son los días de comelona, el resto de los días no tienes que comer hallacas a diario, ni pan de jamón a diario o pernil; estas costumbres no son las ideales y son las que conducen a que en esta época veamos en la emergencia hospitalaria a muchas personas con cetoacidosis diabética o con dolor precordial, ya sea por angina de pecho o infarto al miocardio, ¿por qué?, porque esas son las consecuencias al comer desenfrenadamente tantas grasas trans, carbohidratos refinados o azúcar. Los días entre estas celebraciones sigue tu alimentación saludable como de costumbre.
Toma abundante agua: eso te ayudará a tener un metabolismo eficiente y a eliminar las toxinas durante estos días.
-Ejercítate: esto permitirá crear un balance de calorías y mantener un ambiente hormonal ideal en tu organismo. Ejercítate  5 días a la semana.
-Prepárate durante el día: Los días de celebración prepárate enfocándote en la calidad de los alimentos. Come muchos vegetales y frutas, cargados de fibra, agua y nutrientes. Evita las carnes rojas para que no enlentezcas la digestión y así en la noche puedas digerir mejor los alimentos. Come cada 3 horas para mantener tus niveles de energía y evitar caídas de azúcar en sangre que conducen a más antojos.
-Modérate: Al servirte tu plato navideño, trata de buscar el balance. Si te gusta más la ensalada entonces come la mitad de la hallaca y deja para otro día el pan de jamón, o cómete la hallaca y el pan de jamón y deja la ensalada. ¿Y el postre?, pues, ¡sírvete la mitad!
-Come conscientemente: disfruta los olores y sabores de tu comida, mastícala muchas veces para poder digerirla eficientemente. Presta atención a cada bocado, esto activará todos los neurotransmisores cerebrales y a las hormonas que indican que estás satisfecho.
-Evita las bebidas hipercalóricas: un vaso de  ponche crema tiene aprox. 400 calorías , mejor evitar el ponche, la piña colada y optar por champagne, vino tinto, vodka, tequila, entre otros, que son bajos en calorías o hacer un ponche crema saludable.
Desintoxícate: Al día siguiente vuelve a comer frutas, vegetales, proteínas preferiblemente de pescados, mariscos o granos enteros, y no olvides tomar mucha agua para estabilizarte.
Espero que todos estos tips sean útiles para ti como los han sido para mí, y que disfrutes la Navidad sin remordimientos. Si al final engordas un poquito, no te estreses, será más fácil encarrilarse igualmente tomando algunas de estas medidas.

martes, 22 de noviembre de 2016

¡EL SECRETO QUE NADIE OYE!

El primer paso para controlar el peso es entender el metabolismo, proceso mediante el cual el cuerpo libera energía del alimento y la usa para funcionar, y para construir y reponer sus tejidos. Un factor que determina nuestras necesidades de energía es el llamado metabolismo basal, que es la cantidad de energía que requiere el cuerpo en reposo para llevar a cabo las funciones básicas de la vida como respirar, hacer circular la sangre, mantener la temperatura corporal, etc. El metabolismo basal varía con la edad, talla, género, actividad física y tipo corporal. Por ejemplo, una persona musculosa tiene generalmente un metabolismo basal más alto que una no musculosa pero del mismo peso.
http://elsobrepeso.com/un-buen-metabolismo-nos-ayuda-a-bajar-de-peso/

Otro factor que determina nuestras necesidades de energía es nuestro grado de actividad física, es decir, una persona muy activa usará más energía que una sedentaria. Cuando la energía que nos proporcionan los alimentos que consumimos es mayor que la que gastamos por el metabolismo basal y por nuestras actividades físicas, la energía excedente se almacenará en el cuerpo en forma de grasa. Si esto ocurre a menudo, la persona tenderá al sobrepeso, es decir, al peso excedido a partir del 10% del peso recomendado para la edad y estatura de una persona. En casos raros, el sobrepeso se debe a un funcionamiento impropio de la glándula tiroides, que se traduce en una tasa metabólica menor que la normal.


La obesidad, por otra parte, consiste en una acumulación excesiva de grasa en el cuerpo que se presenta a partir de un 20% sobre el máximo peso recomendado. Se trata de una condición que debe ser atendida por el médico y a la cual no se aplican las recomendaciones que haremos aquí.
Así, las personas que no tienen problemas metabólicos, requieren equilibrar la cantidad de energía ingresada al cuerpo con la dieta y la gastada por el metabolismo y la actividad para mantener el peso recomendado. Por ello, el control del sobrepeso debiera ser un asunto sencillo: comer en menor cantidad, particularmente grasas, o hacer más ejercicio, o una combinación de ambos. Este principio tan simple es normalmente dejado a un lado por ciertas dietas que aunque puedan parecer efectivas por un tiempo, a la larga dañan irreversiblemente la salud.

Las dietas "mitos y realidades"

Conservar un peso ideal se basa en sólidos y sencillos principios científicos; sin embargo, muchas personas se sienten atraídas por dietas que pueden ser muy peligrosas.

Dondequiera que miremos, el mensaje es claro: ser delgado es ser atractivo. Si tenemos algunos kilos de más o incluso un peso normal para nuestra edad y estatura, pero una figura robusta, es posible que nos sintamos desvalorizados como personas y juzgados por nuestra apariencia y no por cualidades como la inteligencia, la creatividad, la simpatía o el talento. Desde luego es normal y sano decidir hacer algo por nuestro cuerpo e imagen. Deja de serlo cuando implica preocuparse en demasía, obsesionarse, dejar de comer, ayunar periódicamente, usar laxantes y diuréticos, hacer ejercicio compulsivamente, tomar medicamentos para adelgazar o hacer dietas que ponen en peligro nuestra salud.
Antes que nada, debemos tener claro que nunca podremos ser delgados a menos que nuestra constitución física y genética lo permitan. Cada persona nace con un tipo de cuerpo que ha heredado y que está basado en un particular marco esquelético y composición corporal. En general, somos combinaciones únicas de tres tipos corporales: ectomorfo, mesoforfo y endomorfo. Es muy difícil, si no imposible, alterar el tipo corporal aun con dieta y ejercicio. Pero sucede que al ver a los modelos (hombres y mujeres) que nos muestra la publicidad, podemos imaginar que haciendo dieta podemos parecernos a ellos, particularmente si éstos llegan a afirmar falazmente que antes de tal o cual tratamiento se parecían a nosotros y que la figura que ahora poseen es el producto de un tratamiento dietético.

El bombardeo de imágenes estereotipadas y enajenantes de los medios de comunicación hace que nos resulte difícil sentirnos cómodos con nuestro cuerpo, lo que lleva a muchas personas a preocuparse constantemente por la comida, la silueta y las dietas. Es así como el deseo de una apariencia delgada se ha convertido en una norma cultural y, en consecuencia, se ha difundido la idea de que la salud y la belleza sólo se logran llevando a cabo un régimen alimenticio rígido y disparatado o bien mediante ejercicios, brebajes y aparatos anunciados constantemente en los medios. En todos ellos se concede un valor extraordinario a poseer una figura delgada, la cual es presentada como la única estéticamente aceptable y a la que se asocian otras cualidades como perfeccionismo, disciplina, inteligencia, éxito laboral y social, entre otras. Para colmo, el tipo corporal promedio de los mexicanos y mexicanas se aleja mucho del estereotipo de belleza manejado por la publicidad.
De todo esto florece un sistema dedicado a explotar la angustia, la credulidad y la búsqueda de soluciones fáciles para modificar nuestra figura mediante dietas supuestamente maravillosas y fáciles que “sí funcionan” y nos permiten “perder peso sin esfuerzo”. Estos engaños que difunden con frecuencia la radio, la televisión y las revistas femeninas (y últimamente también las masculinas), muchas veces ostentan un disfraz de seriedad científica que constituye un atentado contra la salud, por lo que será necesario analizarlos objetivamente con base en principios científicos sólidos.